La capilla del Santísimo Crucifijo es una sala cuadrangular coronada por una bóveda de pabellón parcialmente conservada.

El arco que conduce a la capilla, reconstruido en ladrillo, está enmarcado por dos pares de columnas decoradas con ricos roleos vegetales, en los que se alternan flores y figuras antropomorfas.

Las columnas enmarcan respectivamente dos nichos en los que aún son reconocibles dos estatuas decapitadas de estuco.

Los dados de los pedestales presentan, en bajorrelieve, decoraciones alegóricas y simbólicas: los dos exteriores representan el alma subyugada por el demonio; los dados interiores, en cambio, simbolizan el alma purificada, lista para acercarse a la Eucaristía.